
Quién sabe cuál es la mejor respuesta, no lo sé, pero lo que más difícil parece, es lo más sencillo, créanme.
¿De qué habla? Pensaran..Hablo de que la mayoría de veces lo que frena a las personas (y me incluyo) es solamente tomar la decisión de emprender. Así es, las personas que pensamos en emprender pasamos mucho tiempo, incluso años, en tomar la decisión.
Recuerdo tener ganas de emprender desde muy chico, siempre buscando «que inventar». Tal vez porque crecí en una familia emprendedora, viendo a mis padres continuamente buscar oportunidades y metiendole muchas ganas a su taller, no lo sé. También por otro lado muchas veces los vi pensando en buscar un «empleo estable», los vi perder, sufrir, caer. Pero siempre la última decisión fué la misma, levantarse, reinventarse e intentarlo otra vez.
Por todo esto creo fué que pasé años pensando y diciendo lo que mucho de ustedes seguro piensan en este preciso momento, «no es para mi», «me va a ir mal», «necesito tener un súper plan o producto» o simplemente sentir tanto miedo al fracaso, que no nos permite avanzar. Pero al final lo intenté
Bueno, déjenme decirles que tomar la decisión, es lo más sencillo de todo. Porque luego de ese momento empieza lo complicado. Si, así es, hay muchas complicaciones, en eso todos coincidimos y no vamos a negarlo, pero si emprendemos en lo que nos gusta y nos llena el alma, esas complicaciones se traducen en aventuras y en mágicas experiencias, que sin lugar a dudas, nos harán crecer, dudar, madurar, pero también, nos harán unas personas mucho más auténticas y felices!
Así que en esta semana del emprendedurismo y siempre, mi consejo es el mismo, tomen la decisión cuanto antes, que para caerse, levantarse, reinventarse y seguir, hay mucho tiempo. ¡Inténtalo!
¿Qué opinan ustedes?